Los ejércitos más inútiles del mundo
Les ofrecemos la clasificación de cinco ejércitos de África que otrora eran fuertes, pero ahora son los más inútiles del mundo.
Algunos países del mundo disponen de ejércitos solo para fines
ceremoniales o de personal oficial de seguridad que, en realidad, no
necesitan; por ejemplo, Liechtenstein solo dispone de Policía y consta
de 120 agentes. Otros países que podrían incluirse en esta categoría son
Islandia, Costa Rica o Andorra. Sin embargo, no están tan indefensos
como podría parecer, debido a que potencias militares extranjeras
garantizan su seguridad.
Por otro lado, algunos estados sí tienen y
necesitan sus propias Fuerzas Armadas, pero se encuentran en una
situación que hace pensar que resulta mejor que no las posean, porque
están desperdiciando su dinero. El portal ruso Slovo y Delo
ha seleccionado cinco ejércitos de ese tipo, todos ellos de países
africanos a los que ayudaba la antigua Unión Soviética y que ahora no
cuentan ni con el dinero necesario ni con el apoyo que recibían.
5.º: Libia
Hasta 2011, año a partir del cual Libia quedó sumido en el caos, este
país disponía de un Ejército poderoso, compuesto por el Ejército de
Tierra, la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra. También poseía bastante
equipamiento bélico, desde sistemas de defensa aérea hasta tanques,
vehículos blindados, artillería y submarinos.
La URSS suministró
la mayor parte de este material, pero su colapso detuvo ese
abastecimiento y los libios no lograron reparar todo su arsenal por la
escasez de personal técnico y la falta de mantenimiento adecuado.
En
2011, en Libia estalló una guerra civil y Muammar Gaddafi fue
asesinado, mientras que las fuerzas rebeldes disolvieron el viejo
Ejército y trataron de crear uno nuevo. Como resultado de esta situación caótica, en el país operan alrededor de 90.000 personas armadas y agrupadas en brigadas.
Parte
de esos colectivos son fieles a autoridades reconocidas por la
comunidad internacional, mientras que entre quienes luchan contra ellas
se encuentran los terroristas del Estado Islámico y otros islamistas radicales.
Así,
desde 2012 varias agrupaciones armadas libias se han enfrentado a la
milicia de Zintán, la herramienta militar aliada a las fuerzas oficiales
del general Khalifa Belgacem Haftar, del Gobierno fruto de las
elecciones de junio de 2014 e internacionalmente reconocido.
Es
posible que el principal grupo armado sea la milicia Misrata, la
principal estructura militar del bloque islamista conocido como
Operación Amanecer Libio, que mantiene su sede en Trípoli.
4.º: Zambia
Si evaluásemos el Ejército de Zambia en el contexto global, se podría
afirmar con total seguridad que el ejército de este país africano tiene
capacidades militares completamente miserables, pese a disponer de una
amplia gama de armas, casi todas de procedencia soviética.
Así, su
parque de tanques incluye cinco T-54 soviéticos, 20 carros de combate
T-55 y 30 tanques ligeros PT-76, mientras que el país también dispone de
un centenar de vehículos de combate blindados, 95 cañones remolcados,
93 morteros y alrededor de 50 instalaciones de lanzamisiles múltiples.
Asimismo, cuenta con varios sistemas de defensa aérea —tanto portátiles
como fijos—, además de con 150 cañones antiaéreos que compró a
Yugoslavia y la URSS hace décadas.
La Fuerza Aérea de Zambia
incluye cinco viejos cazas MiG-21 soviéticos y también otros cinco
viejos aviones chinos J-6 —una copia de los MiG-19 soviéticos—, además
de varias decenas de aviones de transporte y helicópteros.
¿Por
qué todo ese potencial no suscita temor a nadie? Por el hecho de que
está fuera de servicio desde hace tiempo, debido a que no ha sido
mantenido, reparado ni actualizado de manera adecuada.
3.º: Mali
Hace tiempo, Mali disponía de un ejército relativamente grande,
también gracias al apoyo de la Unión Soviética, cuya ayuda fue
tremendamente importante. Como consecuencia de ello, en el país todavía
es posible encontrar el equipo bélico y armamento obsoleto, como el
tanque T-34 y los cazas MiG-21.
Tas el colapso de la URSS comenzó
una rápida degradación de las capacidades defensivas de Mali, que
alcanzó su punto culminante en 2012, cuando estalló su guerra civil y lo
que quedaba del Ejército maliense no pudo sofocar los disturbios y
enfrentamientos armados que tuvieron lugar en el país.
Hoy en día,
el Ejército de Malí ha quedado reducido a la nada: solo cuenta con
7.500 uniformados y el orden se mantiene de manera relativa gracias a
contingentes militares de Francia y Chad que se encuentran en su
territorio. Sin embargo, muchos expertos indican que esa presencia de
tropas extranjeras contribuye a aumentar el número de islamistas en el
país.
2.º: Mozambique
Mozambique es uno de los países más pobres del mundo, pero en los
años 70 y 80 era el mayor aliado de la Unión Soviética en África y
mantenía una relación similar a la de Malí, Zambia y Libia: la URSS le
suministraba armas y consejeros militares, que permitieron al Gobierno
de entonces vencer en la larga guerra civil que azotó al país.
Poco
después de esa victoria, la Unión Soviética se derrumbó y las entregas
de armas cesaron. Como sucedió en otros estados africanos, la falta de
dinero y la escasez de personal de mantenimiento y reparación provocaron
que ese armamento comenzara a deteriorarse.
Sin embargo, a
diferencia de Libia y Malí, en la actualidad Mozambique tiene una
situación bastante estable, por lo cual, aunque es incapaz de garantizar
su defensa, no corre el riesgo de que lo agreda nadie.
1.º: Somalia
El líder en esta clasificación de los peores ejércitos del mundo fue
desgarrado y estuvo dividido en zonas de influencia de las potencias
europeas durante largo tiempo. Somalia obtuvo la independencia en 1960
—al igual que muchos otros países africanos— y, tras dar ese paso,
presentó reivindicaciones territoriales a Kenia, Etiopía y Yibuti.
En
los años 70, Somalia recibió una ayuda militar significativa de la
Unión Soviética y decidió atacar a Etiopía, que también era un aliado
soviético. Moscú tuvo que elegir y se decantó por los etíopes porque
consideró que eran más fiables, con lo cual los somalíes sufrieron una
derrota rotunda.
Esta circunstancia provocó una crisis política y,
en los años 80, en el norte de su territorio estalló una sublevación.
Como resultado, en 1991 fue derrocado el presidente de Somalia y el país
se sumió en el caos total de una guerra civil, que continúa hasta hoy
pese a tener un Gobierno reconocido por la comunidad internacional en
Mogadiscio, la capital.
De todas sus Fuerzas Armadas, en Somalia
solo ha quedado la Policía: la antigua Fuerza Aérea desapareció por
completo, mientras que la Marina está compuesta por una plantilla de 200
marineros y algunas lanchas de patrullaje, que son alquiladas por el
Estado.






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